Festuca y festucosis en la Cuenca del Salado: ¿erradicación o convivencia?

Festuca y festucosis en la Cuenca del Salado: ¿erradicación o convivencia?

En la Cuenca del Salado, la presencia de festuca alta infectada por el hongo Epichloë coenophiala genera riesgos de festucosis en el ganado. Nuevos ensayos permiten conocer cómo varía la toxicidad a lo largo del año y ajustar el manejo según el ambiente. Esta nota revisa estrategias de erradicación o convivencia según la aptitud del lote.

La festuca alta (Festuca arundinacea Schreb.) es una gramínea forrajera otoño-inverno-primaveral muy valorada por su adaptación, productividad y persistencia, especialmente en los sistemas pastoriles de la región pampeana. Sin embargo, desde mediados del siglo XX, el uso de cultivares infectados por el hongo endófito Epichloë coenophiala -que sintetiza ergoalcaloides tóxicos para el ganado- generó una nueva enfermedad en ese entonces: la festucosis, con signos que afectan la salud y el desempeño del ganado. 

El primer cultivar argentino, “El Palenque MAG”, desarrollado en 1953, está libre de endófito y, el origen del problema de festucosis se remonta al cultivar “Kentuky31”, introducido en los años 50 (De Battista et al., 1995). 

La dispersión de festucas infectada con el hongo endófito que produce ergoalcaloides tóxicos, está ampliamente naturalizada en pastizales, banquinas, bordes de canales y vías férreas (Lacoste et al., 2020).  

La diseminación de la festuca infectada ocurre exclusivamente a través de semillas infectadas, por lo que la floración y la producción de semilla son momentos críticos para su control (Figura 1). 

Un problema creciente en la Cuenca del Salado 

En la Cuenca del Salado, los pastizales y pasturas pueden presentar una alta presencia de festuca infectada. El riesgo de festucosis es mayor al aumentar la proporción de festuca infectada en el lote, pero también según el estado fenológico de ésta, potenciado por factores ambientales que ocasionan estrés térmico en el ganado (Armendano et al., 2015; Bence et al., 2015). 

Investigaciones recientes confirman que el momento de mayor riesgo ocurre durante la floración y la semillazón, debido a que se registran los picos de ergovalina, el principal ergoalcaloide tóxico para el ganado producido por E. coenophiala (Figura 2). Esta información es clave para definir el manejo. 

Erradicación o convivencia: una decisión ambiental 

En términos productivos, las estrategias para enfrentar la festuca infectada se agrupan en dos grandes caminos: erradicarla o aprender a convivir con ella. La elección entre ambas estrategias depende, en buena medida, del tipo de ambiente. 

En ambientes altos —lomas y medias lomas de aptitud agrícola— es factible implementar rotaciones de cultivos y verdeos por al menos dos años. Esta práctica permite “limpiar” el lote, eliminando el banco de semillas viables antes de sembrar una nueva pastura libre de endófito. 

Mientras que, en ambientes bajos —suelos salinos o inundables— las rotaciones pueden resultar económicamente inviables o impracticables y los riesgos de reinfección mayores. La reinfección en lotes bajos inundables por escurrimiento de semillas infectadas provenientes de otros ambientes contaminados es más frecuente. En esos bajos y especialmente, donde se plantee la conservación de pastizales naturales, la estrategia más viable es el manejo de convivencia con la festuca infectada, procurando minimizar los riesgos de contraer festucosis (Borrajo, 2024).

 

Convivencia: prácticas para reducir el riesgo 

Las prácticas de convivencia apuntan a reducir la concentración de ergovalina en el forraje consumido por el animal, minimizando la posibilidad de contraer festucosis. Esto se puede lograr mediante dos enfoques principales: 

Dilución de la toxina: complementando el pastoreo de festucas infectadas con forrajes alternativos libres de ergoalcaloides, ya sea por suplementación (con granos, silos o rollos) o por intersiembra de otra forrajera en el lote. 

Eliminación de la floración: mediante pastoreo, corte mecánico, herbicida o fungicida, buscando limitar la formación-diseminación de semillas infectadas y, además de evitar la afección por el hongo Claviceps purpurea (“ergot” con sinología similar a festucosis, Armendano et al., 2015), (Borrajo 2024). 

El manejo de pastoreo en base a la “morfogénesis foliar” (Berone et al., 2021) ha mostrado buenos resultados: al defoliar la festuca cuando tiene tres hojas desarrolladas y con alta carga instantánea durante la inducción floral (Figura 2), se estimula la formación de hojas y macollos, reduciendo notablemente la floración-semillazón y la concentración de ergovalina (Figura 3). 

Asimismo, el pastoreo otoño-invernal con clausura del lote entre octubre y marzo, evita el consumo de forraje en los picos de toxicidad, aunque puede favorecer la dispersión de semillas de festuca infectada. Por esto, se recomienda el corte previa formación de semilla y confección de forrajes conservados con el crecimiento primavero-estival, aunque es importante considerar que los ergoalcaloides persisten en la materia seca de festuca (Bence et al., 2015). 


Otras herramientas en evaluación
 

El uso de herbicidas aplicados selectivamente, con sogas, alfombra o rodillos, permite eliminar las inflorescencias sin afectar al resto del forraje. En lotes altamente invadidos, puede optarse por un control total con glifosato (6L/ha en septiembre), lo que seca las festucas infectadas y promueve la aparición de forrajeras nativas estivales (Borrajo 2024). 

Por su parte, la aplicación de fungicidas sobre plantas para eliminar el hongo de las semillas ha mostrado resultados promisorios en invernadero, aunque su eficacia a campo aún se estudia (Petigrosso et al., 2025). 

En todos los casos, se recomienda complementar estas prácticas con manejo preventivo del rodeo y bienestar animal: observación del comportamiento del ganado, monitoreo del ITH (Índice de Temperatura y Humedad), disponibilidad de agua y sombra (Armendano et al. 2015).

 

Conclusión 

La festuca infectada está presente en buena parte de los sistemas ganaderos de la Cuenca del Salado. Si bien erradicarla puede ser la mejor opción en ambientes altos, en zonas bajas o con restricciones productivas se puede implementar prácticas de convivencia mediante un manejo estratégico que evite la floración, limite la semillazón y reduzca los picos de toxicidad. 

Los estudios recientes sobre la dinámica estacional de la ergovalina en festucas infectadas permiten ajustar los calendarios de manejo y tomar decisiones basadas en datos concretos para evitar la festucosis.  

Autores técnico-científicos

Destacado

Convivir con festuca infectada puede ser viable en ambientes bajos si se manejan los picos de toxicidad y se limita la floración. 

Bibliografía

Armendano JI, Odeón AC, Callejas SS, Echarte L, Odriozola ER (2015). Estrés térmico y síndrome distérmico en bovinos para carne de la provincia de Buenos Aires. En 9nas Jornadas Internacionales de Veterinaria Práctica. (Ed. CVPBA, Mar del Plata Argentina).  

Bence A, Cantón G, Odriozola E (2015). Festucas tóxicas. Información y recomendaciones de manejo. Visión Rural. 22(108): 34-3 

Berone GD, Recavarren PM, Marino MA (2021). ¿Cada cuánto damos la vuelta en pastoreos de Festuca? Visión Rural 27 (137): 24-27  

Borrajo CI (2024). Festuca alta y festucosis en la Cuenca del Salado: alternativas de manejo. Rev. Arg. Prod. Anim. vol. 44 N° 2: 69-83. 

De Battista J, Peretti A, Carletti S, Ramirez A, Costa M, Schultz I (1995) Evolución de la incidencia de la infección de Acremonium coenophialum en la oferta de semilla de festuca alta en Argentina. Rev. Arg. Prod. Anim. vol. 15 N° 1: 300-302.  

Lacoste L, Petigrosso L, Jaimes R, Borrajo CI, Castaño J, Colabelli M (2020) ¿Podemos a través de imágenes satelitales detectar pasturas de festuca alta infectadas con endófito? Revista Visión Rural 135, 6-13. 

Petigrosso LR, Girado Smart C, Olarra I, Braco M, Ezcurdia P, Lemme J, Parisi F, Poo J (2025). Eliminación del hongo endófito en plantas de festuca alta mediante un fungicida: resultados preliminares. Rev. Arg. Prod. Anim. vol. 45 N° 1: 29-38.