Para los productores y semilleros, la semilla de maíz es un activo estratégico y una inversión significativa en cada campaña agrícola. Sin embargo, desde el momento de la cosecha, comienza un proceso natural de deterioro que puede comprometer su germinación y vigor. La clave para preservar su calidad radica en el manejo adecuado de la humedad y la temperatura, factores determinantes en la longevidad de la semilla.
Por eso se torna fundamental conocer las causas del deterioro, los efectos del ambiente en la semilla y las mejores prácticas para el procesamiento y almacenamiento, para proteger esta inversión en pos de un buen inicio de campaña.
Factores de deterioro: envejecimiento y microorganismos
Las semillas almacenadas enfrentan dos mecanismos principales de deterioro:
Envejecimiento
El envejecimiento es un proceso inevitable que se intensifica con el tiempo, manifestándose en la pérdida progresiva del vigor y capacidad de germinación. Este deterioro ocurre por:
- Pérdida de integridad de membranas celulares, lo que provoca fugas de electrolitos y afecta el intercambio de nutrientes.
- Peroxidación de lípidos, generando compuestos tóxicos que dañan las células.
- Degradación del ADN y proteínas, alterando la información genética y daños irreversibles en proteínas clave, afectando procesos esenciales para la germinación.
Microorganismos
Los hongos filamentosos como Fusarium, Aspergillus y Penicillium también representan un riesgo significativo. Utilizan los nutrientes de la semilla para su desarrollo, reduciendo la materia seca y comprometiendo la viabilidad del embrión.
El impacto del ambiente: humedad y temperatura
El control de la humedad y la temperatura es fundamental para ralentizar el deterioro. Un contenido de humedad seguro para el almacenamiento es del 12-12,5%, lo que equivale a una humedad relativa inferior al 65%.
Las semillas secas mantienen su metabolismo en niveles casi nulos, limitando reacciones químicas perjudiciales. Además, en estas condiciones los hongos quedan inactivos. En cambio, las semillas con humedad superior a este límite sufren un rápido envejecimiento debido a reacciones bioquímicas y metabólicas que degradan lípidos, proteínas y carbohidratos. Cuando la humedad relativa supera el 65-70%, los hongos inician su desarrollo, aumentando el deterioro.
En cuanto a la temperatura, influye directamente en la velocidad de las reacciones químicas del envejecimiento. Además, entre 25 y 33 °C, los hongos proliferan rápidamente, lo que, combinado con alta humedad, genera un escenario crítico. La temperatura de almacenamiento ideal es por debajo de los 15 °C.
Buenas prácticas de procesamiento de semillas de maíz
El procesamiento industrial es clave para preparar las semillas para su almacenamiento y distribución. Algunas estrategias recomendadas incluyen:
Cosecha y transporte
- Evitar daños mecánicos en las espigas para prevenir el ingreso de microorganismos.
- Transportar las semillas en camiones ventilados para evitar sobrecalentamientos y acumulación de humedad.
- Minimizar los tiempos de espera antes de la recepción en planta.
Recepción y deschalado
- Clasificar las espigas para descartar aquellas con signos de enfermedades fúngicas o daños por insectos.
- Controlar la temperatura de las espigas durante la espera para identificar cargas en riesgo.
- Ajustar los rodillos deschaladores para prevenir el daño mecánico y la contaminación microbiana, sin causar desgrane prematuro
Secado
- Reducir la humedad al nivel seguro de 12-12,5% mediante un secado monitoreado, sin superar los 35-40 °C.
- Realizar controles de humedad durante el proceso para garantizar un secado uniforme.
- Controlar la velocidad del secado para evitar fisuras en el endosperma y daños en el embrión.
Desgrane y limpieza preliminar
- Eliminar restos vegetales que suelen contener alta carga microbiana.
- Considerar la aplicación de insecticidas preventivos para la etapa de almacenamiento en silo, especialmente en zonas cálidas.
Calibrado y selección
- Utilizar separadores densimétricos y ópticos para asegurar una selección precisa.
- Realizar pruebas de germinación para verificar los estándares de calidad.
Tratamiento y embolsado
- En lotes tratados, aplicar fungicidas e insecticidas de manera uniforme para maximizar la protección de las semillas.
Almacenamiento
- Idealmente, mantener las semillas en cámaras frías (12-13 °C) y humedad relativa menor al 65%.
- Para almacenamiento prolongado, considerar envases herméticos, para evitar que la semilla se rehumedezca, y atmósferas modificadas con bajo oxígeno para minimizar las reacciones oxidativas del envejecimiento y el crecimiento de microorganismos (que son mayormente aerobios, es decir, requieren oxígeno para desarrollarse).
- Inspeccionar periódicamente las condiciones de almacenamiento para detectar signos de deterioro.
La conservación de la calidad de la semilla de maíz es un factor determinante en el éxito de cada campaña agrícola. Adoptar estas prácticas contribuye a un buen comienzo de la nueva campaña agrícola y a mejorar las perspectivas de rendimientos.